
𝐋𝐞𝐜𝐭𝐮𝐫𝐚: «Porque Jesucristo, el Hijo de Dios, que Silvano, Timoteo y yo les hemos predicado, no ha sido «Sí» y «No»; sino que siempre ha sido «Sí» en él» (2 Corintios 1:19)
A la hora de participar en una ceremonia de boda, esperamos el momento del «sí, quiero» que los novios se dan en presencia de familiares y amigos. Todos celebran la esperanza de que la unión se sostenga de por vida.
Desafortunadamente, muchas parejas renuncian al «sí» y optan por el «no», lo que lleva a la separación. En estos casos, el «sí» se deshace, lo que resulta en la destrucción de relaciones, amistades y lazos de toda la vida. Esta decisión de romper la promesa tiene profundos impactos en la familia y la sociedad.
Tal vez estés enfrentando un drama similar en tus relaciones. Os invito a disfrutar del «sí» de Jesús. Él nos conoce y, por lo tanto, sus promesas son fieles en todo momento. Él ofrece un «sí» especial todos los días: el «sí» de su presencia, de su amor, de su perdón y de su misericordia. La promesa de Jesús nunca falla, es eterna y no depende de nosotros.
Ante la noticia del «sí» de Jesús, la Palabra de Dios, anunciada por el apóstol Pablo, nos dice: «Porque Jesucristo, el Hijo de Dios, que Silvano, Timoteo y yo les hemos predicado, no ha sido «Sí» y «No»; sino que siempre ha sido «Sí» en él» (2 Corintios 1:19). El «sí» de Dios es la mejor noticia que podemos recibir frente a la ruptura de las promesas que producimos.
Vive cada día intensamente con el «sí» de Jesús. Es la mejor compañía, presente en todos los momentos de la vida. Confía, cree y disfruta del «sí» de Jesús.
𝐎𝐫𝐞𝐦𝐨𝐬: Querido Jesús, gracias por tu «sí» a mi favor. Pido perdón por todas las promesas incumplidas. Ayuda- creyendo que estás conmigo. En tu nombre. Amén.
Autor: Jonas Eduardo Lindner