
𝐋𝐞𝐜𝐭𝐮𝐫𝐚: «También ustedes, tengan paciencia y manténganse firmes, que ya está cerca la venida del Señor.»(Santiago 5:8)
Debes haber perdido los nervios en algún momento de tu vida. «Si tan solo hubiéramos esperado un poco más…», «Si no nos hubiésemos precipitado …» Estos son pensamientos que nos afectan de vez en cuando. Quién sabe, quizá no se habría perdido un trabajo, no se habría roto una amistad o se habría aprovechado una oportunidad. Cómo nos perjudica nuestra impaciencia, ¿verdad? ¿Cómo podemos tener paciencia en un mundo que exige cada vez más y a una velocidad cada vez mayor? Parece que siempre estamos corriendo. Si se nos exige tanto, también acabamos cayendo en el mismo defecto. Exigimos mucho a los demás y a todo lo que nos rodea. ¿Cómo tener paciencia?
Aparentemente, en la Carta de Santiago, tenemos un requisito más para la paciencia. Santiago dice: «También ustedes, tengan paciencia y manténganse firmes, que ya está cerca la venida del Señor.» (Santiago 5:8). ¿Pero es la paciencia una virtud posible para los seres humanos? ¿Es posible tener paciencia sin la ayuda de Dios?
En Gálatas (5:22), el apóstol Pablo demuestra que no es así. Nos dice que la paciencia es uno de los frutos del Espíritu Santo para quienes creen. Por lo tanto, creer en Cristo te hará con que tengas más paciencia. Aunque no puedas ser perfecto, es seguro que con la ayuda del Espíritu Santo tendrás mucha más paciencia no solo para esperar la venida de Cristo, como advierte Santiago, sino para superar las adversidades de esta vida. ¿Quieres saber cómo tener paciencia? Cree en Jesús y soportarás las dificultades de la vida con más paciencia.
𝐎𝐫𝐞𝐦𝐨𝐬: Amado padre, sé que no soy paciente. Aumenta mi paciencia para superar las adversidades aquí mientras Cristo no regresa. En el nombre de Jesús. Amén.
Autor: Rômulo Santos Souza
