
Lectura: «En esto se mostró el amor de Dios para con nosotros: en que Dios envió al mundo a su Hijo unigénito, para que vivamos por él.» (1 Juan 4:9)
«¡Te Amo!» ¿Ya has dicho esta frase a alguien en el día de hoy? ¿O quizá lo has oído de alguien? Si tu respuesta fue positiva, celebra mucho, porque eres una persona privilegiada.
Decir «Te amo», aunque para muchos se haya convertido en una frase común y banal, sigue siendo una de las expresiones de afecto más impactantes que podemos expresar o escuchar de alguien. Puede que nos gusten las personas, que tengamos simpatía por los demás, pero amar conlleva una conexión más íntima y profunda. El amor une a las personas en alma, espíritu y corazón, superando las imperfecciones de las relaciones humanas. Así que no decimos «yo te amo» a cualquiera. Solo para quienes tienen un lugar especial en nuestra vida.
En esta Nochebuena podemos celebrar. Al fin y al cabo, cada ser humano tiene un lugar especial en la vida de Dios. Todos somos personas privilegiadas, porque no solo declara su amor por nosotros, sino que lo concreta cada nuevo día: en el consuelo y el perdón que nos ofrece. En su amor, Dios nos regala la vida que nunca termina. Una vida que se extiende a través de la dicha eterna, en el Reino de los Cielos.
Así es como Dios nos ama, como anunció el apóstol Juan: «En esto se mostró el amor de Dios para con nosotros: en que Dios envió al mundo a su Hijo unigénito, para que vivamos por él.» (1 Juan 4:9). Por eso, recordemos el maravilloso don de Dios: la declaración de «Te amo», pronunciada y vivida por el propio Salvador Jesús, el niño nacido en Belén, que nos trae paz, vida, perdón y salvación.
Oremos: Señor, que vivamos y compartamos el amor de Jesús en esta Navidad, amándonos y perdonándonos unos a otros. Amén.
Autor: Thomas Heimann
