
𝐋𝐞𝐜𝐭𝐮𝐫𝐚: «Israel, confía en el Señor, porque el Señor es misericordioso; ¡en él hay abundante redención!» (Salmo 130:7)
¿Alguna vez te has sentido culpable por algo? Este sentimiento, la culpa, estaba presente en el momento en que el salmista escribió el Salmo 130 como una confesión de pecados. En el texto expresa todo el dolor de su alma afirmando que desde lo más profundo clama en medio de sus pecados y sufrimientos. Así, este lamento nos invita a reflexionar sobre nuestra propia situación, sobre nuestras frustraciones y situaciones adversas, además de revelar la situación real de cada ser humano, incapaz por sí mismo, necesitado de la gracia y el amor de Dios.
«¿Quién escaparía de la condenación?», dice el versículo 3. En vista de esto, el Salmo nos invita a buscar el perdón donde realmente se puede encontrar: en los brazos de Dios mismo, donde hay misericordia infinita. El versículo 7 dice: «Israel, confía en el Señor, porque el Señor es misericordioso; ¡en él hay abundante redención!» (Salmo 130:7). En los brazos de Cristo, todo el que siente el dolor de su alma encuentra el perdón y la redención, porque Cristo murió en la cruz para que todo el que cree en él pueda encontrar la vida y la salvación.
Esta salvación se logró en la mañana de Pascua, cuando Cristo resucitó de entre los muertos. Ahora bien, todo el que cree en él también tiene ante sí esta realidad: el perdón, la resurrección y la vida eterna. Esta es la realidad que anhela el alma del salmista: la redención plena que es en Cristo Jesús.
¿Alguna vez te has sentido culpable por algo? ¡No temas! En Cristo hay perdón y redención eterna.
𝐎𝐫𝐞𝐦𝐨𝐬: Querido Señor, llévanos siempre a mirar la cruz de Cristo y la tumba vacía en la mañana de Pascua, donde encontramos el perdón, la vida y la salvación. Amén.
Autor: Daison Mulling Neutzling
