
𝐋𝐞𝐜𝐭𝐮𝐫𝐚: «La palabra de Dios no está presa. Por eso todo lo soporto por causa de los escogidos, para que ellos también obtengan la salvación que es en Cristo Jesús con gloria eterna» (2 Timoteo 2:9-10)
En todo el mundo hay personas que se esfuerzan por hacer llegar a todos el mensaje de salvación en Cristo. Están inspirados por el mismo Salvador Jesús, quien, por amor, sufrió y dio su vida en lugar y en favor de los pecadores. Están motivados por el ejemplo de héroes de la fe como el apóstol Pablo, quien escribió a su joven discípulo Timoteo: «Acuérdate de Jesucristo, del linaje de David, que resucitó de los muertos conforme a mi evangelio, en el cual sufro penalidades, y hasta encarcelamientos, como si fuera yo un malhechor; pero la palabra de Dios no está presa. Por eso todo lo soporto por causa de los escogidos, para que ellos también obtengan la salvación que es en Cristo Jesús con gloria eterna» (2 Timoteo 2:8-10).
El evangelio de Cristo se proclama en iglesias, hogares, hospitales, hogares de ancianos, escuelas y prisiones, donde hay libertad religiosa. Donde el evangelio está censurado, incluso allí Jesús es anunciado de manera creativa por personas que han tenido sus vidas transformadas por Cristo e, incluso con riesgos, quieren compartir esta novedad de vida con aquellos que aún no la tienen.
En nuestro país, el mensaje de Dios no está preso. La Palabra está disponible para todos, ya sea en forma de una Biblia impresa o en audio, video e incluso Braille. Sin embargo, la facilidad de acceso no se traduce necesariamente en un mayor interés o un uso más frecuente de la Palabra de Dios. Cuanto más se lea, viva y comparta la Palabra, más se llenará el lugar donde Dios nos ha colocado con el conocimiento y la gracia de Dios.
𝐎𝐫𝐞𝐦𝐨𝐬: Señor, ayúdame a leer, escuchar, vivir y compartir más de tu Palabra aquí donde me has colocado. En el nombre de Jesús. Amén.
Autor: Paulo Roberto Teixeira