𝐋𝐞𝐜𝐭𝐮𝐫𝐚: «Además, tomo por esposa a la moabita Rut, que fue mujer de Majlón, para que la posesión siga a nombre de su esposo muerto, y su memoria no se borre de entre sus hermanos ni de su ciudad. « (Rut 4:10)
Nuestra sociedad está marcada por la competitividad, especialmente en el ámbito comercial y en los negocios. En medio de esta competencia, es difícil concebir a alguien dispuesto a asumir una pérdida en una transacción para que otra persona obtenga ganancias. El enfoque, en la mayoría de las situaciones, es lograr la mayor ganancia posible.
Sin embargo, la Biblia nos presenta una historia que desafía esta lógica. Booz se involucra en una transacción destinada a adquirir un terreno para asegurar el sustento de Noemí y Rut. Además, decide casarse con Ruth, una viuda. Sin embargo, de acuerdo con la ley y las costumbres de la época, los hijos de este matrimonio serían considerados descendientes de Majlón, el difunto esposo de Rut. En este contexto, ni los hijos ni las tierras serían permanentemente de Booz. Aun así, lo hace todo por amor y fidelidad a Dios, diciendo: «Además, tomo por esposa a la moabita Rut, que fue mujer de Majlón, para que la posesión siga a nombre de su esposo muerto, y su memoria no se borre de entre sus hermanos ni de su ciudad.» (Rut 4:10).
A primera vista, puede parecer un trato desfavorable. Sin embargo, Booz actúa por amor a Dios y a Rut. Esta historia nos hace reflexionar sobre alguien que sufrió daños para nuestro beneficio: Jesús. Renunció a su poder y a su propia vida, sacrificándose en la cruz para pagar una deuda que no era suya, sino nuestra. Él cargó con la culpa que era nuestra para proveer nuestro beneficio, es decir, la salvación eterna.
Al igual que Booz, las acciones de Jesús no fueron para su propio beneficio, sino que fueron un sacrificio para el beneficio de los demás. Es reconfortante saber lo que Jesús hizo por amor a nosotros.
𝐎𝐫𝐞𝐦𝐨𝐬: Te damos gracias, Señor, por enviar a Jesús y por el precio que pagó en la cruz, proporcionándonos la vida eterna. Amén.
Autor: Clóvis Renato Leitzke Blank