
𝐋𝐞𝐜𝐭𝐮𝐫𝐚: «Si permanecen en mí, y mis palabras permanecen en ustedes, pidan todo lo que quieran, y se les concederá» (Juan 15:7)
Cuando un atleta se prepara para participar en unos Juegos Olímpicos, necesita concentración, disciplina y planificación. En el período de preparación, experimenta varias experiencias, victorias y derrotas, para crecer y madurar. Lo mismo sucede en la vida, que exige de nosotros una buena preparación para poder enfrentar mejor los desafíos diarios.
Jesús vivió poco tiempo en la tierra y su período de enseñanza fue de solo tres años. Conocía la urgencia de su mensaje, y preparar a sus discípulos para el futuro era esencial. Sin embargo, a diferencia de un atleta, que cuida su cuerpo, Jesús preparó a sus discípulos en el corazón y la fe.
Él dijo: «Si permanecen en mí, y mis palabras permanecen en ustedes, pidan todo lo que quieran, y se les concederá» (Juan 15:7). La unión con Jesús es primordial, porque para recibir lo que nos promete, necesitamos estar conectados a él para obtener de él la fuerza diaria. Solo en unión con Jesús los hijos de Dios reciben las bendiciones y los beneficios que no dependen de ellos, sino de aquel con quien están unidos: Jesús mismo. El perdón, el amor y la gracia de Dios están presentes en lo que Jesús hizo por la humanidad, muriendo en la cruz para perdonar y salvar a los que creen en él.
Por lo tanto, conéctate cada día con Jesús leyendo su Palabra en la Biblia, reflexionando sobre sus enseñanzas y acercándote por fe a Aquel que perdona, ama y promete el beneficio eterno de tu salvación. Recibe su perdón y vive en su alegría hoy y siempre.
𝐎𝐫𝐞𝐦𝐨𝐬: Querido Jesús, estoy agradecido por el amor y el cuidado de mi vida. Mantente conectado conmigo en gracia y misericordia. Por amor de tu nombre. Amén.
Autor: Cristiano Alexandre Huf