饾悑饾悶饾悳饾惌饾惍饾惈饾悮: 芦El Se帽or reinar谩 por siempre; 隆Si贸n, el Se帽or es tu Dios eterno! 隆Aleluya!禄 (Salmo 146:10)
El pueblo de Israel en el Antiguo Testamento viv铆a en medio de grandes imperios y gobernantes despiadados, temidos por sus haza帽as y su poder destructivo. Prominentes son los asirios y los babilonios que trajeron la muerte, la destrucci贸n y el exilio al pueblo de Dios. Los l铆deres de estos imperios trataron de extender su poder sobre todo el mundo conocido. Quer铆an eternizar su nombre a trav茅s de sus haza帽as b茅licas, construcciones, sistemas de gobierno e ideolog铆as, como otros l铆deres a lo largo de la historia.
Sin embargo, el pueblo de Dios fue testigo de la ruina de un imperio tras otro. El Salmo 146 muestra que las construcciones del ser humano vuelven a convertirse en polvo. Solo lo que el Se帽or edifica permanece para siempre. Dice el salmista: 芦El Se帽or reinar谩 por siempre; 隆Si贸n, el Se帽or es tu Dios eterno! 隆Aleluya!禄 (Salmo 146:10).
Como nuestra esperanza de vida suele estar limitada a menos de un siglo, no siempre podremos ver c贸mo se destruye a los poderosos de este mundo y se deshacen sus imponentes imperios. Por eso es tan importante dar testimonio de la historia del pueblo de Dios a trav茅s de las generaciones, asegur谩ndonos que el Se帽or es fiel y que triunfar谩 sobre toda maldad e iniquidad.
Jes煤s eterniz贸 su nombre al convertirse 茅l mismo en un ser humano cualquier, nacido de una familia humilde, en un establo maloliente. Trabaj贸 como carpintero com煤n y fue tratado por el imperio de su 茅poca como un criminal, siendo crucificado de manera humillante. 隆Pero lo que los poderosos de este mundo nunca imaginaron es que resucitar铆a! Este milagro asegura a cualquier persona en cualquier naci贸n o imperio del mundo que el que crea en 茅l no tendr谩 su nombre olvidado ni su historia deshecha, sino que reinar谩 con el Se帽or eternamente.
饾悗饾惈饾悶饾惁饾惃饾惉: Gracias, Rey eterno, por acordarte de m铆 y salvarme. Tuyo es el reino, el poder y la gloria para siempre. Am茅n.
Autor: Paulo Samuel Albrecht