饾悑饾悶饾悳饾惌饾惍饾惈饾悮: 芦Bienaventurados los pobres en esp铆ritu, porque de ellos es el reino de los cielos禄 (Mateo 5:3)
En el Serm贸n de la Monta帽a, Jes煤s dijo algo que va en contra del sentido com煤n actual: 芦Bienaventurados los pobres en esp铆ritu, porque de ellos es el reino de los cielos禄 (Mateo 5:3). La pobreza, a los ojos de los seres humanos, no es algo que traiga felicidad. Riqueza, s铆. Son los ricos los que son felices, este pensamiento es ciertamente mucho m谩s com煤n.
Pero Jes煤s no est谩 hablando de sentido com煤n. Est谩 hablando del Reino de los Cielos. Al tratar con esto, Cristo ense帽a que, en el Reino de Dios, algunas cosas son completamente contrarias a la forma de pensar de los seres humanos.
Por esta raz贸n, reconocerse como espiritualmente pobre, es decir, admitir los propios pecados y en arrepentimiento confesarlos a Dios, puede parecer algo malo, pero verdaderamente redimido es aquel que sabe que no tiene nada bueno en s铆 mismo que ofrecer al Se帽or, y s贸lo conf铆a en la misericordia de Dios. Bienaventurados los pobres espirituales, porque de ellos es el reino de los cielos.
Por otro lado, pensar que eres espiritualmente rico ante Dios, pensar que en ti hay algo que se puede hacer o decir que te pone en una posici贸n favorable en relaci贸n con el Creador, es fracasar a los ojos de Jes煤s. Infelices son las personas que se consideran espiritualmente ricas. Aquellos que conf铆an en s铆 mismos no alcanzan el Reino de los Cielos, porque prefieren aferrarse a su propia capacidad y no conf铆an en la misericordia de Dios.
Es precisamente para aquellos que se reconocen espiritualmente pobres que Jes煤s vino y ofreci贸 lo m谩s valioso: la salvaci贸n de los pecados, que Jes煤s ofrece a todos los seres humanos. A trav茅s de su vida, su sacrificio y muerte en la cruz, nos da el perd贸n y la salvaci贸n. Su victoria sobre la muerte, atestiguada en la resurrecci贸n, revela que la felicidad est谩 delante de la cruz.
饾悗饾惈饾悶饾惁饾惃饾惉: Dios bondadoso, gracias por hacerme reconocer que soy espiritualmente pobre y que necesito de Jes煤s mi Salvador. En Cristo. Am茅n.
Autor: Marcos Daniel Weirich