
𝐋𝐞𝐜𝐭𝐮𝐫𝐚: «¡Y ya estaba yo ahí! Mientras él formaba los cielos y trazaba el arco sobre la faz del abismo» (Proverbios 8:27)
Es muy probable que, en algún momento de tu vida, te hayas visto sorprendido por las innovaciones tecnológicas. Hace unos años, nuevas palabras como «inteligencia artificial» entraron con fuerza en nuestra vida cotidiana. El conocimiento no falta para las nuevas generaciones. Pero con tanta información, ¿se está volviendo más sabia la humanidad?
Por supuesto, más información puede ayudar en la toma de decisiones. Pero esto no siempre sucede. Necesitamos, sobre todo, sabiduría.
El rey Salomón describe cosas interesantes acerca de la sabiduría en el capítulo 8 del libro de Proverbios. Él escribe que la sabiduría fue «formada desde hace mucho tiempo, en el principio, antes del principio del mundo» (Proverbios 8:23) y que «estaba allí cuando Dios puso el cielo en su lugar, y cuando puso los cimientos de la tierra» (Proverbios 8:27-29).
Esta fantástica descripción lleva a muchos eruditos a encontrar en la sabiduría una referencia al Salvador Jesús. Y es posible entenderlo de esta manera cuando leemos otros textos de la Biblia. Por ejemplo, el evangelista Juan escribió: «En el principio ya existía la Palabra. La Palabra estaba con Dios, y Dios mismo era la Palabra» (Juan 1:1). El apóstol Pablo también escribe: «Pero para los llamados, tanto judíos como griegos, Cristo es poder de Dios, y sabiduría de Dios» (1 Corintios 1:24).
Las tecnologías están en constante cambio y el buen uso de ellas puede ayudarnos a vivir mejor. Pero si queremos vivir eternamente, en un lugar que Dios ha preparado, su llamado es a creer en su Hijo Jesús. Por lo tanto, al dedicar nuestras vidas a él, llegaremos a ser sabios.
𝐎𝐫𝐞𝐦𝐨𝐬: Amado Padre, haznos sabios para hacer tu voluntad. En el nombre de Jesús. Amén.
Autor: Adelar Munieweg