𝐋𝐞𝐜𝐭𝐮𝐫𝐚: «Hijitos, aún estaré con ustedes un poco. Y me buscarán. Pero lo que les dije a los judíos, les digo a ustedes ahora: A donde yo voy, ustedes no pueden ir» (Juan 13:33)
Antes de ser arrestado y luego condenado a muerte, Jesús habló largo y tendido con sus discípulos. En un momento dado, dijo: «Hijitos, aún estaré con ustedes un poco. Y me buscarán.» (Juan 13:33). Unas pocas horas separaban a Jesús de su muerte. Pero sabemos que, al resucitar, nuestro Salvador triunfó sobre la muerte y le quitó el poder de herir y condenar. Basándose en esta victoria, Jesús prometió: «Y yo estaré con ustedes todos los días, hasta el fin del mundo.» (Mateo 28:20).
La pregunta que surge es: ¿qué hacemos con la presencia de Jesús en nuestras vidas? Las palabras «Hijitos, aún estaré con ustedes un poco. Y me buscarán» nos invitan a meditar sobre la brevedad de nuestra existencia. Tal vez ya hemos perdido demasiados días lejos de Jesús, quedando pocas oportunidades para conocerlo. Por otro lado, cuando enfrentamos pruebas y sufrimiento, encontramos seguridad y fortaleza en las palabras: «Y yo estaré con ustedes todos los días, hasta el fin del mundo.» . La presencia de Jesús es garantía de victoria, tanto en la vida como en la muerte. ¡Su amor por nosotros no tiene limitaciones! Por eso también nosotros nos regocijamos en sus palabras: «Un mandamiento nuevo les doy: Que se amen unos a otros. Así como yo los he amado, ámense también ustedes unos a otros. En esto conocerán todos que ustedes son mis discípulos, si se aman unos a otros.»» (Juan 13:34-35).
Con su presencia entre nosotros, en cualquier momento o circunstancia, Jesús quiere mantenernos en paz, obedientes y fieles hasta el día de su regreso. Antes de su muerte, la presencia de Jesús fue breve y limitada aquí en el mundo. Pero después de su resurrección, él siempre está con nosotros y nos invita a caminar en su presencia.
𝐎𝐫𝐞𝐦𝐨𝐬: Señor Dios, mantennos alerta, vigilantes y activos en el amor al prójimo. En todas las adversidades, concédenos el consuelo del Salvador resucitado. Amén.
Autor: Vili Redel