𝐋𝐞𝐜𝐭𝐮𝐫𝐚: «Sino para que profesemos la verdad en amor y crezcamos en todo en Cristo, que es la cabeza» (Efesios 4:15)
Rafael fue acusado de ofender el honor de Marcia en internet. Era época de elecciones en el país y ambos intercambiaron maldiciones y acusaciones a través de una red social. La situación se puso tan mal que la historia podría haber terminado en los tribunales comunes.
En un entorno legal, siempre se busca la verdad, sin importar a quién duela. La búsqueda de la verdad está destinada a promover la justicia. La verdad debe prevalecer. Tanto la defensa de Rafael como la representación de Marcia se esforzarían por buscar detalles a favor de uno en detrimento del otro.
En un ambiente cristiano también se valora la verdad, pero nunca sin estar envuelta en amor. Es lo que decía el apóstol Pablo en su Carta a los Efesios, capítulo 4, versículo 15: «Sino para que profesemos la verdad en amor y crezcamos en todo en Cristo, que es la cabeza”.
Con la ayuda de su pastor, Marcia y Rafael pudieron hablar. Fue una conversación sincera y cara a cara. Reflexionaron sobre sus diferencias y reflexionaron sobre su conducta. Se les recordó que la verdad sola lastima.
Desde el punto de vista cristiano, la verdad no es un concepto, sino una persona. Jesucristo afirmó que él es la verdad. Si tan solo dijera la verdad, diría que todos somos pecadores condenados y miserables. Pero también actúa con verdad hasta el punto de sacrificarse en la cruz para reconciliarnos con Dios y unirnos unos a otros. De Cristo recibimos el perdón y la reanudación de las relaciones rotas.
𝐎𝐫𝐞𝐦𝐨𝐬: Señor Dios, te doy gracias por la verdad del evangelio. Ayúdame a vivir la verdad en amor. Aléjame de la mentira y acércame a Jesús, mi Salvador. En su nombre. Amén.
Autor: Marcos Schlemer Weide