𝐋𝐞𝐜𝐭𝐮𝐫𝐚: «Confía en el Señor de todo corazón, y no te apoyes en tu propia prudencia. Reconócelo en todos tus caminos, y él enderezará tus sendas.» (Proverbios 3:5-6)
Una vez, una persona muy angustiada se acercó a un pastor y le dijo: «Como es difícil confiar en las personas hoy en día, siguen decepcionándonos y traicionando nuestra confianza». Es un arrebato común, porque vivimos en una época en la que hay una desconfianza generalizada. Para devolverle la esperanza, el pastor le dio una palabra de consuelo a esa persona angustiada: «No te desanimes por las dificultades y las personas falsas que encuentres en la vida. Reza y confía en que Dios estará contigo y guiará tu camino». Leemos en el libro de Proverbios: «Confía en el Señor de todo corazón, y no te apoyes en tu propia prudencia. Reconócelo en todos tus caminos, y él enderezará tus sendas.» (Proverbios 3:5-6).
A pesar de lo difícil que es confiar en las personas y las instituciones, cuando caminamos con Dios, podemos demostrar una confianza completa en su gracia y guía. Dios nos enseña a aferrarnos a él y no a nosotros mismos ni a los demás. Desafortunadamente, tendemos a buscar la respuesta en nosotros mismos, o a aferrarnos a nuestra propia capacidad y sabiduría más de lo que confiamos en Dios. En esos momentos caemos y vemos lo débiles que somos y lo limitada que es nuestra sabiduría.
En estos momentos, mira la cruz de Jesús y mira cómo te amó y aún te ama. Él no desea tu sufrimiento y te invita a confiar en Él por encima de todas las cosas. Él te mostrará el camino. Quien camina con Dios siempre estará en sus manos poderosas. Él sostendrá y sostendrá a los que viven en fe en Cristo. Así que busca a Dios en tiempos de dificultad y Dios te mostrará el camino a seguir. Confía siempre en el Señor.
𝐎𝐫𝐞𝐦𝐨𝐬: Querido y amado Padre, protégeme de todo mal. Protégeme de las personas que me hacen daño y muéstrame el camino por el que debo caminar. Aumenta mi fe para que siempre confíe en ti. Amén.
Autor: Walduino Paulo Littig Junior