
𝐋𝐞𝐜𝐭𝐮𝐫𝐚: «Levántate y vete. Tu fe te ha salvado» (Lucas 17:19)
¿Alguna vez has hecho algo y has esperado un «gracias» que no llegó? Enseñamos a nuestros hijos a decir las palabras «muchas gracias». Hoy es Acción de Gracias y el Evangelio de Lucas nos lleva a reflexionar sobre la gratitud contando la historia de diez hombres que pidieron el favor de Dios (la cura de la lepra, una enfermedad terrible en aquel momento) y no regresaron para darles las gracias, salvo a uno de ellos.
¿Somos personas agradecidas por las innumerables bendiciones que hemos recibido de Dios? Nos da todo lo que necesitamos para vivir aquí en este mundo. Y, como si eso no fuera suficiente, nos concede multitud de bendiciones espirituales. Entre ellos, el más importante: el perdón de los pecados a través de Jesús. Sí, a través de él somos perdonados. Como podemos ver, hemos recibido grandes bendiciones de Dios. Y estas bendiciones no se limitan a un día de la semana o a un periodo específico, sino que en todo momento, incluso cuando no lo pedimos, Dios nos concede sus bendiciones.
La ingratitud hacia Dios es pecado, porque demuestra que el beneficio se valora más que el benefactor. Así como Jesús se sintió decepcionado con los nueve que no volvieron a darle las gracias, se decepciona cuando se nos olvida hacerlo.
Por otro lado, nuestra gratitud hace que el corazón de Dios se regocije, pues es una manifestación de la fe que tenemos en él. Jesús le dijo al hombre sanado: «Levántate y vete. Tu fe te ha salvado» (Lucas 17:19). Nuestra fe en Dios se manifiesta en la gratitud por las innumerables bendiciones que se nos otorgan. Hoy es el día de decir: «¡Muchas gracias, Dios!»
𝐎𝐫𝐞𝐦𝐨𝐬:
Querido Dios, muchas gracias por las bendiciones que nos han sido derramadas. Ayúdanos a manifestar nuestra fe en la gratitud. Amén.
Autor: Everton Wrasse
